Rainer Maria Rilke, en 1913, en la Selva Negra (Colección ABC) |
Apágame los ojos: puedo verte;
ciérrame las orejas: puedo oírte,
y sin pies puedo andar hacia ti,
y aun sin boca puedo invocarte.
Arráncame los brazos y te asiré
con el corazón como una mano,
detén mi corazón y latirá mi cerebro,
y si incendias mi cerebro
te llevaré en mi sangre.
Raine María Rilke, El libro de horas, (incluido en Elegías de Duino, Los sonetos de Orfeo y otros poemas, seguido de Cartas a un joven poeta, edición bilingüe de Eustaquio Barjau y Joan Parra) Traducción de Joan Parra. Círculo de Lectores, 2000. pág. 47
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