miércoles, 18 de mayo de 2011

Don Armando

Era su octavo cumpleaños. Día de alegrías y felicidad, diversión y regalos. Un día para estar con sus amigos. Como solía hacer todos los años, iría a comer con su familia al término de las clases y luego con sus amigos y amigas a una pequeña merienda que organizaba en su casa. Pero ese día sería diferente, hasta tal punto que nada de lo tradicional se cumpliría. Como si una piedra que proviene del cielo le cayera sobre la cabeza, le sentó la noticia que dos días antes de su cumpleaños recibiera de bocas de profesores. Cientos de recuerdo y anécdotas cruzaron su cabeza, ideas que viajaban por su mente como abejas blancas y azules sobre un fondo blanco, dibujando en su trazada árboles llenos de palabras, caminos de los que no se conoce su final, rodeado de mil y una historias.
Quizás esa no sea la mejor forma de celebrar su aniversario, pero siempre quedará en él el recuerdo de una persona que dice adiós a la vida, que se despide de sus compañeros y amigos, de su familia, con el mismo espíritu libre que tenía cuando su corazón latía. A decir verdad, quedaría con el recuerdo de una entrañable amistad, un amigo, Don Armando.a



A simple vista, este cuento puede parecer que carece de algún sentido lógico tanto en el tema que se trata como en el espacio temporal en el que se desarrolla. El cuento empieza describiendo cómo sería o iba a ser el cuento de ese chico, pero que después de recibir una noticia dos días antes de la celebración del cumpleaños, cambiaría todo lo previsto. En vez de tener esa fiesta con sus amigos y familia, acaba despidiéndose del que durante un curso fuese profesor de él, al que acaba tratando de amigo. Ese sería un poco el espacio en el que se desarrolla.
 En lo que se refiere al tema y al contenido de este cuento, es de mencionar que habla sobre uno de los mejores profesores que han pasado por nuestro centro, Don Armando, quien falleció durante el periodo lectivo. A lo largo del cuento se pueden apreciar numerosos recuerdos y anécdotas que dejó en la memoria de tantos de sus alumnos, y algunos rasgos que lo caracterizaban. Por ejemplo, cuando en el cuento aparece mencionado el momento en el que le comunican al chico la noticia del fallecimiento, le cae como si una piedra le cayera en la cabeza. Para cualquier persona que no hubiera estado en clase con él quizás no lo entienda o no le encuentre el sentido más profundo que tiene. Esto fue una historia que nos contó Armando que le sucedió a un señor que salía del hospital tras haber estado a punto de morir por culpa de una enfermedad o virus, pero que lo hizo posteriormente al caerle la piedra. Otro elemento que aparece en el relato son las abejas blancas y azules que vuelan sobre un fondo blanco. Esto se debe a que siempre decía que las abejas eran seres muy inteligentes y que le gustaba mucho la libertad que tenían cuando volaban de flor en flor cumpliendo a la vez una misión. También se puede apreciar otra parte en la que dice caminos infinitos, rodeados de mil y una historias. Este es uno de los rasgos más característicos de Armando, y es su afán hacia la lectura. Siempre decía que la literatura es capaz de llevarte por caminos en los que jamás encontrarás un final, y que podrías conocer multitud de historias. Y los árboles llenos de palabras es la forma en la que nos explicó cómo se hacía el análisis sintáctico de las oraciones. Nos decía que era como dibujar un árbol pero en vez de tener hojas tiene palabras. Por último cabe destacar la parte en la que se despide de sus seres mas cercanos y amigos con el mismo espíritu libre que tenía cuando aún vivía. Quizás esto sea lo más importante porque a pesar de todo por lo que pasó Don Armando, seguía mostrando una sonrisa a la vida y haciendo lo que más le gustaba hacer: leer y enseñar sus conocimientos al mayor numero de personas posible. 
 Todos estos aspectos que he destacado en este apartado, en el cuento adquieren un valor metafórico relacionado con el contexto en el que están albergados.
Borja González :: 1º-A de Bachillerato

2 comentarios:

  1. Pablo Lorenzo Barreto19 de mayo de 2011, 15:19

    Aún sin leer las aclaraciones ni haber conocido a Don Armando, creo que todos somos capaces de entenderlo, o, de alguna manera, escoger uno de esos mil caminos sin final, pues siendo hombre apasionado a la literatura, incluso las anécdotas más simples dejan ver su gusto por la belleza de las palabras y la imaginación.

    Aparte de la expresión y el vocabulario usado, me ha impactado la idea de que celebre su cumpleaños recordando a Don Armando, pues, al fin y al cabo, le evoca buenas sensaciones.

    Me has sorprendido gratamente, Borja. Tienes un potencial enorme para la escritura y un don para la transmisión de cosas teóricamente insignificantes de una forma que conmueve.

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  2. Así era él; un gran lector, pero un lector al que le fascinaba comentar, informar, contar lo que ya había leído, lo que estaba leyendo, lo que le impresionaba. Le gustaba compartir su afición, y para ello te recomendaba constantemente la lectura de lo que podía ser cualquier género literario. Era tal su pasión por la lectura, y ese afán de recomendación, que al poco de conocerlo ya podías adivinar cuando se acercaba desde lo lejos que te iba a decir algo así como: oye, conoces a... o te has enterado de... la novela, el librito... que acaba de salir o aquella que se editó hace años...se le reflejaba en sus expresiones, sabías que lo iba a decir, y lo decía , y lo más especial era ver cómo te lo decía a tí, pero también a otrxs.
    Así le recuerdo yo, así le extraño.
    Un día, sin venir a cuento, o sin que se dieran las circunstancias para ello, me dirigí hacia él y le pregunté mientras se estaba tomando un café en la cafetería del centro - ¿qué ha sido lo que más te ha gustado leer? - Y me respondió rotunda e inmediatamente con aquella expresión que le daban sus ojos azules debajo de sus particulares cejas - El Quijote-
    Por y para Armando cito este fragmento de la que fue su obra querida.

    “Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas sonadas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo.”

    Hasta siempre compañero.

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