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Alumnas y madres de 4º y 1º de Bachillerato-
Manifestación de octubre 2010. Foto: Juan Yanes |
Es una situación muy normal que a lo largo de un curso los profesores pidan más interés en las clases, más participación, más trabajo, etc. Pero lo que no es normal es que a principios del segundo trimestre sean ya tres los profesores en los que se empieza a ver el hueco que la esperanza y la confianza en sus alumnos deja, al ir desapareciendo con el transcurso de los días.
Se nos tacha de quejicas, poco estudiosos, gandules, poco participativos; iría más lejos aún, diría que incluso somos estúpidos y poco conscientes de nuestros actos, porque a lo largo de los años, con mi experiencia, me he dado cuenta de que no solo se participa poco y se estudia menos, sino que a la hora de las calificaciones tenemos una tendencia desorbitada a quejarnos y normalmente a utilizar argumentos, de los que considero que a la mínima conexión neuronal deberíamos ser nosotros mismos los que nos diésemos cuenta de su poca solidez.
El problema es tan extenso que es imposible atacarlo todo en una simple colaboración en este blog, pero me gustaría compartir una anécdota:
Un día como otro cualquiera en el laboratorio de biología nuestra profesora nos dijo que en otros niveles inferiores los alumnos solían hacer aportaciones más espontáneas contando ciertas cosas que les hayan pasado y mi respuesta fue: "Ya, profesora, pero el temario ahí se lo permite; nosotros comentamos, pero al final de la clase, los últimos 5 o 6 minutos, porque aquí ante todo estamos porque queremos: venimos a aprender y a conseguir nota, y luego a hacer amigos.
Y por último, e igual de desalentador, está el panorama que nos encontramos en Educación Física, donde en nuestro grupo en concreto el porcentaje de personas que participan activamente es inferior al 50%, e incluso peor en clases como 4º de la E.S.O. donde ha habido ocasiones en las que solo 5 alumnos hacen deporte.
Creo que a estas alturas lo único que podemos hacer es reflexionar sobre lo que hemos hecho, y lo que haremos de aquí en adelante, y más importante aún ser conscientes de que estamos en bachillerato y nadie nos obliga a permanecer en el centro por lo que debemos venir a estudiar y a mejorar nuestro historial académico, no a hacer amigos a los que contarles nuestra vida.
Daniel Walo Martín - 1º de Bachillerato B