lunes, 26 de noviembre de 2012

Las Jarchas


Aquí les dejo una páginaa dedicada íntegramente a las jarchas. Para que puedan conocer algo más sobre estas deliciosas cancioncillas de origen mozárabe que ya hemos comentado en clase.

HAZ CLICK AQUÍ  (jarchas.net)

viernes, 16 de noviembre de 2012

Cinco sueños, III

Por José Fabián Pacheco - Primero de bachillerato - A
Esther Schall :: Bright dreams


1 
Camino hacia unas llaves tiradas en el campo. Paso tras paso las veo más lejos, y aunque corra, no consigo alcanzarlas. El suelo se mueve en contra de mí; caigo y desaparezco. Las llaves también.
Caminando entre un mundo que tiene prisa todo se ralentiza y se para. En un instante todo comienza a retroceder: las personas, los coches, las agujas del reloj, el calendario… Tras un rato sólo aprecio una llanura verde y virgen. Creo que todo comenzará de nuevo. Por un momento no veo nada; nada de nada.
3 
En un bosque encuentro un río y lo sigo. Ladera abajo, entre plantas y animales salvajes, y sólo me acompaña el susurro del agua, que me guía hasta que llego al mar. Me siento, miro al horizonte, respiro y espero hasta que se ponga el Sol. Debo irme, pero es demasiado tarde. Todo ha acabado.
4 
Sentado en una habitación vacía, pierdo la mirada en el suelo, sus baldosas y sus grietas. Tras unos segundos perdido en mi imaginación reacciono y me doy cuenta de que no sé por qué miro al suelo. Pero me siento bien y vuelvo a agachar la mirada, y me doy cuenta de que no hay grietas, ni baldosas, ni suelo… De hecho, no hay habitación.  
5 
Acostado en el prado miro al cielo. Las nubes de la tarde se convierten en muchas cosas: gatos, aviones, casas, ovnis, fantasmas… Todo desaparece y me dejo dormir.


domingo, 11 de noviembre de 2012

Pensar y Soñar

Por David Pérez González - 1º de Bachillerato - A


In Between the Lines | Daniel Horowitz

1

Desierto, todo desierto. Giro, doy vueltas sobre mí mismo. No veo nada. De repente, todo blanco. No hay suelo, ni techo, ni paredes. Estoy en medio de ningún lado. Sin previo aviso, van surgiendo personas y desapareciendo. Las conozco, ¿qué dicen? No las entiendo. Me despierto.

2

Me encuentro en medio de una gran ciudad, rodeado de gente. Parece que se mueven todos al mismo ritmo, sin mirarse, sin inmutarse. No reconozco a nadie, me siento solo, pero a la vez, afortunado. Noto lo que pasa a mi alrededor, conozco su sinfonía y, simplemente, disfruto de la música.

3

Veo a un bebé. ¡Qué gran belleza! Tan simple y tan complejo. Me ve. Se ríe. Me reconoce. Me río y no sé por qué. No noto el paso del tiempo, me relajo y me siento vivo, feliz. Me pregunto si no podría estar así eternamente. Dejo que fluya. Duermo con los ojos abiertos.

4

Una cajita de música, una bailarina gira y gira y la música suena. Me veo acercándome y observo cómo me quedo mirándola hipnotizado con una sonrisa en la boca. Me miro y cruzamos la mirada. Sé lo que estoy pensando, me comprendo.

Croquet Ball : Jillian Tamaki

viernes, 9 de noviembre de 2012

Cinco sueños, II

Por Raúl González - Primero de Bachillerato - A
Deedee Cheriel ::
Deja Vu and her Euphonical Prisms, 2010

1

Era una sala oscura que no tenía principio ni fin la que inundaba mi existencia. En un punto intermedio de la estancia yacía mi cuerpo, y el último aliento que exhalaba de él se arremolinaba sobre mi cabeza, generando más oscuridad.

2

Me sentía libre. Podía navegar por la tierra y correr por el mar. De repente, me brotaron alas y ascendí a un lugar inexpugnable en el que toda la naturaleza me recibía con sus ramas abiertas. Un verdadero paraíso; un campo interminable de flores que estuvieron algún día en mi corazón y desaparecieron repentinamente. Pero las había recuperado y habían florecido de nuevo en mi espíritu.

3

Me convierto en un ser diminuto, más pequeño que una pulga, un mero visitante subterráneo de este mundo. Contemplo la evolución de los animales y las plantas desde sus propias raíces, veo desarrollarse al ser humano y admiro la belleza del paisaje. Permanezco apoyando a este planeta en sus momentos críticos; le veo nacer, crecer y ahora morir. Por eso voy desapareciendo mientras el mundo se sumerge en un profundo sueño del que nunca despertará y su belleza queda sólo como un simple recuerdo.

4

El infierno se apodera de mi ciudad. La impotencia sumerge en desgracia las vidas de muchas personas, amenazadas por las confrontaciones de aquellos que se creen superiores. El fuego lo corroe todo, destruyendo sentimientos, relaciones, personas. Sólo sé que el motivo es injustificable; el dolor es extraño y pesa. Ayudo a una niña, rescatándola de los escombros, y la acompaño hasta la luz. Sólo este acto era necesario, encontramos el camino, y por fin somos de nuevo humanos.

5

Me trasladé a un futuro muy lejano. Entonces fui testigo de un mundo en el que los árboles era máquinas que desprendían por si solas oxígeno artificial; los mares, espejismos que servían de soporte a los barcos para navegar; y las montañas, construcciones elevadas que fabricaban el esto de maquinaria existente. No vi el color verde en ninguna parte ni a ningún animal sacando su cabecita del prado, aunque este fuera gris. Los habitantes que poblaban ese mundo extraño eran robots, y cuando me acerqué a preguntar en qué planeta tan tecnológico me encontraba, la única y decepcionante respuesta fue: “En La Tierra”. ¿Por qué un planeta con ese nombre está poblado por máquinas? La inexistencia de tierra impidió que me sumergiese en el mayor pozo que conozco: el de la vergüenza.



Sicsak from amiina on Vimeo.

La música del grupo islandés Amiina nos sirvió para ambientarnos en ese mundo onírico en el que pretendíamos bucear.
[Sicsak from album Puzzle - live performance by amiina.
Video by Andrea Sisson & Pete Ohs, shot in Reykjavík, released in May 2011.]

Cinco sueños, I


Por Alba Hernández Tejeda - 1º de Bachillerato A

1

DESPIERTA y se mueve, se levanta y camina, rompe la piedra que le oprimía durante la eternidad, vuelve a la vida…Huele a sangre, borboteante, de un brazo herido, dolor. Le brillan los ojos como fiera en la oscuridad; es el momento de que corramos; ya no hay vuelta atrás.

2

TIC, TAC, TIC, TAC…suena el reloj, noche en calma, almas dormidas. Se abren mis ojos; ante mí, una sombra me hiela la sangre, sudor frío. Impotente, ante mí, me señala y susurra; no debo dormir, y mucho menos despertar, solamente ocultarme.

3

CUATRO PAREDES que oprimen mi alma, cuatro paredes que me encierran como lápidas. Bajo tierra me encuentro. Grito con todas mis fuerzas, pero en vano se queda. No puedo hacer nada, únicamente esperar. Y el tiempo pasa. No sé cuánto llevo así, no sé por cuánto podré aguantar.

4

AL FRENTE me encuentro, de un velero sin rumbo. No tengo ni origen ni destino; la soledad es mi fiel compañera. Paz y tranquilidad encuentro en la brisa del mar, no lo puedo evitar. De repente, allá a lo lejos, el mar se acaba y cae como una enorme cascada. Me dirijo hacia allí. Ya no puedo regresar. Los astros y los dioses observan mi destino. ¿Será verdad que aquí acaba mi largo camino?

5

LA NIEBLA envuelve mi hogar. Como en un cementerio, la noche invade la luz y todo es oscuridad. Abro la puerta y múltiples figuras humanas me vigilan con ira. No sé qué pasa, ¿acaso es esto una pesadilla? De repente, nace un incendio y arrasa todo a su paso. Las figuras se derriten, como cera carcomida por el fuego.
—¡Maldito mortal!— me susurran con un trago de su último aliento.


[Texto escrito como experiencia de creación realizada en clase tomando como texto de partida una selección de los 88 sueños de Juan Eduardo Cirlot mientras escuchábamos música del grupo islandés Amiina. Noviembre de 2012]